domingo, 17 de agosto de 2008
LO QUE LEONEL FERNANDEZ NO REALIZO EN CUATRO AÑOS
I
Guillermo Caram - 8/16/2008
SANTO DOMINGO.- Una revisión del discruso de toma de posesión del presidente Leonel Fernández en agosto de 2004, hace exactamente cuatro años, permite identificar una gran cantidad de anuncios y promesas hechas por el mandatario que no se cumplieron en este período. Ahora inicia un nuevo gobierno por cuatro años más.
Frases y cifras del discurso de toma de posesión presidencial en el 2004
Dentro de pocas horas la nación escuchará el discurso de toma de posesión del presidente Leonel Fernández para el período constitucional de gobierno 2008-2012. Unos lo verán por admiración, otros por obligación, sin que faltaren quienes opten por una peligrosa apatía e indiferencia abonada por la acostumbrada repetición y monotonía de palabras y expresiones que cada día se tornan mas vanos ante una realidad social y económica cada vez mas insostenible e invivible, afectada por la credibilidad de anuncios oficiales que llegan a ser percibidos como simples promesas a sabiendas que serán incumplidas, preludiando frustraciones sociales sobre las que debe precaverse dada sus repercusiones en la preservación y perfectibilidad del sistema democrático en el que las percepciones juegan un rol determinante.
El discurso que pronunciará el presidente Fernández reviste cierto carácter de rendición de cuentas, y ante su concepción expresada al tomar posesión en el 2004 -“la democracia se sustenta en la rendición de cuentas”- hemos considerado apropiado repasar lo que dijo en aquella ocasión.
Celebró que en su gestión de 1996-2000 la inflación “nunca pasó de un dígito”. A julio del presente año, su Banco Central ya reportaba una inflación de 9.3%, lo que asegura que alcanzará dos dígitos, proyectándose hacia el orden del 20%.
Criticó la “fuga de capitales” escenificada durante la gestión que sucedía, en circunstancias que en su presente gestión se siguen fugando no obstante la prioridad oficial dada para atraer o retener inversiones con miras a financiar el déficit corriente en la balanza de pagos y la creencia de haber recuperado la confianza que se necesita para ello: Durante el período 2005 y 2007 la repatriación de utilidades superó la sumatoria de la inversión extranjera directa mas la inversión en cartera en US$308 millones.
Se preguntaba como era posible que el endeudamiento externo que había dejado al concluir su mandato en el 2000 se hubiera incrementado en US$3,635 millones hasta sumar US$7,200 millones.
En esta ocasión, el año terminará con un endeudamiento externo de por lo menos US$9,430 millones si le sumamos el nivel registrado en la Secretaría de Hacienda a marzo de este año de US$8,568 millones más el endeudamiento de Petro- Caribe posteriormente consumido y las proyecciones contenidas en el presupuesto suplementario.
Si a ello agregamos el endeudamiento del Banco Central de RD$191,000 millones en el presente contra RD$90,000 del 2004, traducido a dólares a la tasa de cambio de cada momento (41.24 en esa ocasión y 34.53 ahora) que el Presidente denunciara en su discurso del 16/08/04; el endeudamiento público durante la presente gestión terminará incrementándose en US$5,403 millones, mucho más de lo denunciado por él en esa ocasión.
Si tenemos en cuenta que el mayor endeudamiento se está generando por no pagar un combustible que se quema y que los consumidores pagan constante y sonante en perjuicio de las futuras generaciones, se hace necesario que el Presidente recuerde su propia expresión de entonces para rebatir a los defensores de un mayor endeudamiento: “lo que ocurre es que debemos pagar” ya no ahora como dijo, sino después.
El Presidente prometió en el 2004 “reducir en no menos de un 20% el gasto del Estado” mientras decretaba a partir de ese momento “un período de austeridad”. Esta promesa, convertida en ley tres años después de innumerables presiones ciudadanas, ha sido una constante durante todo su período hasta el punto que en su discurso del pasado 17 de julio volvió a citar dicho porcentaje mientras sus funcionarios se encargaban de cercenar la austeridad al reducirla al Gobierno central, excluyendo los organismos descentralizados, y no a todo el Estado como había prometido el mandatario.
Lo de “suprimir aquellos cargos de subsecretarios no contemplados en la ley” se ha convertido en palabras llevadas por el viento así como la expresión de que “hay muchos cargos públicos en exceso, creados mediante la tradicional práctica corrosiva del clientelismo”.
Como resultado de la renuncia a estos postulados, el gasto público mas que se duplicó en el presente período constitucional hasta incrementarse a un ritmo de RD$672 millones diarios en el presente año, siendo el principal componente el gasto corriente incrementado a razón de RD$52 millones por hora. Y pocas esperanzas quedan ahora, cuando el presupuesto suplementario postulado en el nombre de la austeridad conlleva una contradictoria expansión del gasto corriente de RD$25,600 millones.
El Presidente se alarmó al tomar posesión en el 2004 del “millón más de dominicanos sumidos en la pobreza”, equivalentes a unas 200,000 familias en circunstancias que para el año 2005 su Oficina de Planificación identificaba un total de 1,068,000 familias ubicadas en el nivel de pobreza, más de la mitad de las familias dominicanas, y de que su gobierno tiene una manera extraña de combatir la pobreza: (1) Concentra las inversiones públicas en las zonas donde menos pobres hay como es el caso del Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo para lo cual solo tiene que pensarse en el Metro, y (2) Su forma de combatir la pobreza es perpetuándola a través de subsidios que apuntan hacia la totalidad de las familias pobres a juzgar por las metas de los programas sociales del gobierno, en lugar de eliminar la necesidad de subsidios mediante la creación de fuentes de trabajo a través de inversiones públicas sustentadas en el uso intensivo de mano de obra y no de capital, como está sucediendo en el presente; e incentivando a la vez actividades productivas.
El presidente Fernández criticaba al tomar posesión en el 2004 que “cada mes el sector energético pierde entre 20 y 25 millones de dólares” y ahora resulta que el déficit promedia casi 6 veces mas a juzgar por la publicación de la CDEEE del pasado 30 de Julio; así como que se haya “acumulado una deuda de alrededor de 400 millones de dólares” la cual prácticamente sigue igual. Proponía en aquella ocasión “renegociar los contratos de compra y venta de energía entre generadores y distribuidores” que todavía no ha renegociado; “transparentar los costos del sector” que no transparentó puesto que nadie sabe cuánto le cuesta generar un kilovatio/ hora a las empresas generadoras ni a como se lo compran; “realizar una licitación internacional para adjudicar la administración de Edenorte y Edesur a empresas privadas especializadas”, lo cual no se hizo; así como una “fuerte inyección de capitales al sector” que tampoco se ha materializado puesto que no se agregó ningún proyecto de importancia a la generación eléctrica.
A este conjunto de frases acompañadas de cifras se pueden sumar otras que por su naturaleza no lo requieren pero que conviene recordar puesto que constituyen lecciones y experiencias que no se deben repetir.
Una de ellas es cuando el presidente Fernández preconizó dentro de su línea de modernización en la que se inscribe sobre “los que deciden ahora el destino financiero de los pueblos son unos jóvenes de entre 25 y 35 años, los cuales trabajan para agencias calificadoras de riesgo” citando algunas específicas. Muchas de las citadas y que calificaron al país con categoría CCC que significa que “estamos muy, pero muy mal” quedaron muy, pero muy mal paradas en la crisis inmobiliaria y financiera de Estados Unidos, por lo que sería conveniente que en el futuro se actúe como él mismo señaló: con “la cautela que ha de mantenerse para representar los intereses nacionales”.
En el 2004 el Presidente postulaba “al sector privado le corresponde desempeñar el papel de locomotora del tren del progreso y al Estado el de simple maquinista que la pone en movimiento”. Sin embargo, la política restrictiva de su Banco Central por él endosada en su discurso del 17/07 de este año ha significado una reducción del medio circulante de RD$13,811 millones de diciembre de 2007 a la fecha a costa del sector privado al que se le han cercenado RD$13,531 millones mientras al sector público solo le mermaron RD$280 millones. ¿Cómo esperar que el sector privado sea locomotora cuando le drenan el circulante que precipita su dinamismo?
A eso habría que agregar tasa de interés del orden del 22% que sus funcionarios revistieron de fuerza de ley al postularla en el Presupuesto Suplementario, impuestos como el anticipo a la renta que se paga no solo antes de ganar sino de cobrar lo vendido, la energía mas mala del hemisferio occidental, combustibles mas caros que nuestros competidores, sistemas de transporte regidos por el temor y la presión ejercidas por gremios que pretenden monopolizarlo y apropiarse de activos intangibles del Estado como son las rutas.
El Presidente al tomar posesión en el 2004 dijo que “ha obtenido ya el compromiso de destacados empresarios de fondos de futuras inversiones con lo que aspiramos a desmontar el déficit cuasi fiscal y los RD$30,000 millones de inorgánicos cada año”. No obstante los déficits consignados en los estados financieros auditados del Banco Central han promediado RD$25,780 millones anual entre 2005-2007, esperándose que aumenten este año porque los valores en circulación aumentaron en lugar de “desmontarlos”, y por la elevación de la tasa de interés pagada por el Banco Central, que ya comienza a atemorizar hasta a bancos comerciales de ser afectados por una crisis similar a la de Estados Unidos precipitada por el aumento de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal el pasado año.
El Presidente prometió adoptar “todas las providencias de lugar para prevenir, detectar, perseguir y castigar todo acto doloso que atente contra el patrimonio público”, pero fue necesario recurrir a los tribunales para obtener información sobre el Metro y acudir a la Suprema sobre el financiamiento Sun Land, mientras denuncias como las dirigidas hacia la Secretaria de Educación y los Comedores Económicos no solo son ignoradas, sino premiadas en el Presupuesto Suplementario.
Prometió “desde mañana mismo” de aquel 16/08/04 “la reestructuración del gabinete social” para involucrar a la sociedad civil, pero el decreto 1082-04 que promulgó para este fin no consigna esta previsión; propuso un “gobierno de unidad nacional” pero se dedicó a minar los partidos políticos cultivando el transfuguismo dirigencial y el absentismo electoral de los opositores en la pasada contienda a pesar de haber advertido que “la República Dominicana no puede seguir como va, con el clientelismo, con el abuso de poder, con el irrespeto y falta de seriedad en todo”.
Declaró en su discurso inaugural del período que hoy concluye que “la prioridad en la agenda nacional lo ocupa la educación” cuando medios de prensa la califican como cenicienta y el punto mas débil del gobierno por estar fuera del sistema el 60% de la población en edad escolar y por una sobrepoblación a razón de 70 alumnos por aula.
Su accionar en salud se circunscribió en “abastecer a todos los hospitales públicos de los medicamentos básicos” aún cuando éstos se desmantelan por falta de otros materiales, equipos e instalaciones en el marco de una seguridad social que cada día es mas insegura para quienes cotizan por los permanentes conflictos entre protagonistas del sistema -ARS, médicos, clínicas y farmacias- frente a autoridades que han mostrado incapacidad para arbitrar el componente social de la seguridad social, mientras se hacen la vista gorda del componente financiero en perjuicio de los cotizantes que corren el riesgo de sufrir peores consecuencias que los del IDSS.
Finalmente y en el orden internacional, el Presidente se inscribió en la cooperación internacional, al tiempo de precisar que “prestaremos especial atención a nuestro vecino Haití”; en circunstancias que el tráfico de ilegales evidenciado por la gran presencia haitiana en nuestro territorio y la prohibición de exportaciones dominicanas por parte de autoridades haitianas que humillaron las nacionales.
COOPERACIÓN
Lo que si ha honrado el Presidente es al convertirse en un alto receptor de la cooperación proveniente de la revolución bolivariana encabezada por el presidente Hugo Chávez quizás para compensar, con 186 años de retraso, la deuda que Simón Bolivar asumió con nuestra nación al negarle el apoyo a Nuñez de Caceres cuando proclamó la independencia bajo la Gran Colombia auspiciada por éste.
Cooperación que ojalá nunca se convierta en exigencia al tenor de los vaivenes que suelen sufrirse en las políticas nacionales y en las geopolíticas internacionales.
El presidente Fernández no habló al tomar posesión en el 2004 de los problemas de transporte, por cuya omisión en reflejo de conciencia, talvez los dominicanos estamos sufriendo las calamidades y las presiones presentes y por lo cual deba referirse al tema con mayor firmeza en esta ocasión.
Ojalá que el Presidente al iniciar su nuevo período haga honor a su propia expresión consignada al tomar posesión en el 2004: “Hasta ahora el pueblo dominicano ha sido paciente, pero no se debe abusar de él. No desafiemos la capacidad de tolerancia del pueblo dominicano”.
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